Publicada en lanoticiaimparcial.com
La homosexualidad en Rusia ha sido durante mucho tiempo tabú y objeto de persecución. Rusia vive atrapada en su propia homofobia. La ley que promulgó el presidente Vladímir Putin a finales de junio para prohibir la difusión de las “relaciones sexuales no tradicionales” entre menores (más conocida como la ley contra la propaganda homosexual) ha disparado las críticas y aumentado la presión. La ley prohibirá en realidad todas las manifestaciones a favor de los derechos de los homosexuales y podría ser utilizada para procesar a cualquiera que alce su voz a favor de los homosexuales.
La normativa, que prevé sanciones para quien extienda “la idea tergiversada de que las orientaciones sexuales tradicionales y las no tradicionales tienen igual valor social”, es ya de por sí reflejo de la aversión a los homosexuales, mayoritaria en el país. Pero varios vídeos que circulan por Internet han añadido leña al fuego y desatado una oleada de voces críticas de políticos y organizaciones que han llamado incluso a boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi de 2014 y han obligado al Comité Olímpico Internacional a pedir garantías de que nadie será discriminado.
Está causando problemas la primera de dos leyes que discriminan la homosexualidad en el país (la otra ley prohíbe la adopción de niños rusos por parte de parejas de un mismo sexo) y que prevé multas de hasta 5.000 rublos (unos 100 euros) para las personas físicas, de hasta 50.000 (unos 1.000 euros) a personas con cargos y un millón de rublos o suspensión de actividades durante 90 días a entidades jurídicas que promuevan cerca de menores que la homosexualidad es igual de aceptable que la heterosexualidad. Esta ley permite teóricamente perseguir incluso a personas de un mismo sexo que caminen cogidas de la mano en un lugar público si hay oportunidad de que un menor les vea. Una reciente encuesta dio cuenta de que casi la mitad de los rusos creen que gays y lesbianas no deberían tener los mismos derechos que otros ciudadanos.
Ser homosexual en Rusia es todo un riesgo. Son repudiados por sus padres, ridiculizados por sus compañeros de clase y atacados por los extremistas de derecha: los jóvenes homosexuales en Rusia chocan a diario con un muro de hostilidad y es que muchos jóvenes homosexuales y lesbianas, incluso en el seno de sus familias se topan con un mar de odio. Esto llega a extremos tales como la persecución a los homosexuales en Rusia, esta se ha convertido en una verdadera caza de brujas a manos de grupos de extrema derecha y bandas de adolescentes. De hecho un joven perdió la vida al no poder recuperarse de la tortura a la que fue sometido por los miembros de la organización neonazi conocida como Occupy Pedofilyaj. Los agresores entraron en casa de la víctima con ayuda de algunos compañeros del joven y le sometieron a diversas torturas físicas y psicológicas. Además, difundieron un video en internet donde se veía el acoso al joven homosexual en su propia casa e hicieron públicas una serie de fotos donde se puede ver a la víctima sujetando un consolador (que posteriormente le introdujeron produciéndole un desgarro anal) o rociándolo con orina mientras está maniatado en un contenedor de basura. El joven murió horas después por los cortes causados por un cuchillo y por las lesiones internas sufridas durante la tortura. El grupo de extrema derecha defiende sus ataques clandestinos como parte de una “persecución a los pedófilos que utilizan Internet para seducir a jóvenes indefensos”, aunque la realidad es que las víctimas de sus torturas suelen ser adolescentes homosexuales a los que localizan mediante redes sociales.
Este caso no es único ya que en otros videos difundidos por el mismo grupo de personas se puede ver cómo torturan a otro joven durante más de media hora, al que llevan a un cementerio y le hacen correr delante de un coche con una pesada cruz a cuestas. O también otra filmación en la que un joven homosexual es insultado en plena calle y que acaba siendo rociado con orina por los agresores. Estos “luchadores contra el crimen”, como se autodenominan, están creando una corriente entre otros adolescentes del país que no dudan en acosar y torturar a cualquier joven sospechoso de ser homosexual a plena luz del día.
Las críticas han aumentado después de que en la red comenzaran a circular varios vídeos homófobos, uno de ellos, con declaraciones de un conocido presentador de televisión: “Considero que es insuficiente multar a los gays por hacer propaganda de la homosexualidad entre los adolescentes. Hay que prohibirles que puedan donar sangre, esperma, y sus corazones, en caso de un accidente automovilístico, deben ser enterrados o quemados como impropios para la continuación de otra vida”, declara Dmitri Kiseliov, que tiene un programa político semanal en Rusia Uno.
La cosa no queda aquí, la atleta rusa Yelena Isinbayeva tras ganar la medalla de oro como campeona del mundo de pértiga criticó el gesto de la atleta sueca Emma Green, que compitió con las uñas pintadas con los colores del arco iris en apoyo a la comunidad gay de Rusia. Duras palabras fueron las de la atleta: “Si permitimos que (los gays) se promuevan y se hagan todas estas cosas en las calles, entonces nos daría mucho temor por nuestra nación, porque nos consideramos gente común y corriente”, dijo la bicampeona olímpica, agregando: “Vivimos hombre con mujer, mujer con hombre”. “Todo tiene que estar bien. Así es la historia. Nunca tuvimos estos problemas en Rusia, y no queremos tenerlos en el futuro”, declaró la mejor deportista de la historia en la especialidad.
Sin duda un paso atrás, retrocesos sociales feroces que no pasan desapercibidos para el resto del mundo. En Nueva York, decenas de personas se manifestaron el miércoles, 31 de julio, frente al consulado ruso en Nueva York instando a boicotear el vodka de ese país para protestar contra la ley que prohíbe la propaganda homosexual en
Rusia, sumándose a un movimiento que ya alcanza al Reino Unido y Canadá. También, cientos de personas se han manifestado el sábado 10 de agosto en Londres contra la ley de propaganda homosexual rusa que ha despertado todo tipo de antipatías. Reunidos en la capital británica, cerca de la residencia del primer ministro, David Cameron, y el Ministerio de Relaciones Exteriores, los manifestantes pidieron al gobierno que presione a Rusia para que derogue la ley.