Publicada en lanoticiaimparcial.com
En la actualidad, los partidos ultraderechistas van ganando terreno en el contexto general europeo. En el viejo continente ha resurgido esa tendencia política. Inmigrantes y gitanos están en la mira de los radicales.
La derecha gana fuerza en países como Suecia, Hungría, Finlandia, Austria, Dinamarca, Suiza, Noruega, Bélgica, Grecia, Italia, Bulgaria, Francia y Holanda. Francia es uno de los países donde la derecha tiene más poder; ¿cómo se ha podido llegar a esta situación? Desde que comenzó la crisis, los franceses han ido decantándose por los discursos mas populistas y nacionalistas, racistas y hasta xenófobos como el de Le Pen, aunque fue el gobierno del socialista François Hollande el que expulsó a una niña gitana rumana, hecho que ha causado estupor en los franceses defensores de la libertad, la fraternidad y la igualdad.
Y es que en tiempo de dificultades, los discursos ultraderechistas parecen tener más aceptación por las masas temerosas. En el caso de Brignoles, azotado por la crisis y gobernado por comunistas, la campaña se centra en el miedo augurando un futuro peor si no se toman medidas que eviten darle trabajo y servicios a los inmigrantes.
La victoria de la ultraderecha en Francia ha supuesto “una mala noticia para la democracia y para la República” según palabras del ministro de Educación, Vincent Peillon, la razón, ganó las elecciones, Laurent López, candidato ultraderechista del Frente Nacional, en Brignoles, municipio de 16 mil habitantes at badhowen.com.
La actual crisis económica que golpea a Europa está siendo un caldo de cultivo para la proliferación de adeptos a la ultraderecha, lo dicen los resultados electorales en países desde 2007. Se ha observado como desde entonces la radicalización de la extrema derecha, la utilización de un discurso de agitación, de miedo, para persuadir a una sociedad angustiada y pesimista, ya ni siquiera lo esconden, lo dicen abiertamente: no a los inmigrantes, no a los pobres, y no a los derechos ciudadanos para los desfavorecidos.
“Quizá ha llegado el momento de empezar a asustarse, dice la periodista de la SER, Angels Barceló, la ultraderecha, los movimientos homófonos, xenófobos, eurófobos, nacionalistas, los que desprecian lo diferente, poco a poco y tras la crisis, están cobrando fuerza en Europa. En muchos países están representados en la política, en otros, son solo grupos violentos que actúan en la calle. Es una ola expansiva, una respuesta al coste social de los recortes, el desempleo o a la desafección de la ciudadanía hacia la clase política y en toda Europa. Y todo ese caldo de cultivo se alimenta y crece en grupos jóvenes, de sectores sociales desfavorecidos. Hablamos de Amanecer Dorado en Grecia, de Marine Le Pen en Francia… pero también en España”.
En Finlandia o Dinamarca, que se creía que eran países mucho más avanzados en lo social, más abiertos, hoy los partidos con más espacio son de ultraderecha. También la ola se ha extendido a Noruega o Hungría. En esta última nación, el partido Jobbik, xenófobo y antisemita, ha propuesto expulsar a los gitanos y elaborar una lista de los parlamentarios judíos. ¿Quién tiene la culpa de este enorme incremento de los ultraderechistas?, es la pregunta que muchos se hacen. Casi todos apuntan a la crisis económica, a la que se agrega la social, la pérdida del bienestar en buena parte de los países y le suman los discursos radicales y populistas de los políticos que han querido pescar en medio de tanta insatisfacción.